SERES NADA: la ínfima calidad del sujeto como señal de caída de una civilización. Reflexiones para afrontar este período

20 JULIO 2012

Roma y Occidente: parecidos razonables

Freeman, Liberación AHORA | ¿Hasta qué punto podríamos considerar que nuestra actual civilización se encuentra en una fase terminal, en proceso de derrumbe o caída, tal como aconteciese en la Antigua Roma (con su decadente “pan y circo”)? ¿Hay paralelismos sustanciales o fundamentales entre ambas civilizaciones, cuya significancia y universalidad van más allá del tiempo? ¿Es cierto que la corrupción estatal ha llegado también aquí (como lo hiciese en la Roma del siglo III-IV) a afectar tan gravemente a la base de la sociedad -el individuo- hasta anularlo, dejándolo sumido en la degradación, miseria y dependencia, en todos los sentidos?

El presentador del espacio radiofónico Vórtice, Mitoa Edjang Campos (piloto de avión y comunicador comprometido), mantiene con Félix Rodrigo Mora (autor e investigador independiente) un coloquio muy interesante y sustancioso en el programa cuyo audio ahora compartimos con nuestros lectores.

La charla gira precisamente en torno a la calidad del individuo o sujeto, el ser humano, en la sociedad; y de cómo dicha calidad en el ciudadano medio ha sufrido -durante la época del llamado Estado de Bienestar- tal deterioro y pérdida, que hoy en día la mayoría de las personas en nuestras sociedades occidentales podrían ser catalogadas como SERES NADA, por su mórbido estado de alienación, inutilidad y disfuncionalidad.

Durante el coloquio podremos ir tomando conciencia de las profundas implicaciones y consecuencias de este problema capital, que realmente dibuja un sombrío panorama a corto y medio plazo, en un momento histórico crucial, en el que confluyen además múltiples y profundas crisis, en todas las áreas.

Al hilo de las reflexiones y consideraciones de Félix Rodrigo, nos enfocaremos también enposibles y prácticas vías para abordar o afrontar esta tragedia, y asimismo podremos comprender que, no obstante, estamos ante un tiempo de grandes oportunidades y esperanza (tan grandes como las espadas de Damocles que penden sobre nosotros), y que al final todo dependerá, una vez más, de la calidad, consciencia, compromiso, sentido común y responsabilidad que sepamos desplegar nosostros (la gente, sin falsos representantes) tanto a nivel individual como colectivo.