viernes, 7 de septiembre de 2007
lunes, 25 de junio de 2007
El Pescador
Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuandollegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunesamarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad delpescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.El pescador respondió que sólo un poco tiempo. El banquero luego le preguntóporqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.El banquero luego preguntó: "Pero, ¿qué haces con el resto de tu tiempo?"El pescador dijo: "Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada."El banquero replicó: "Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador, eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión."El pescador preguntó: "Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso?" A lo cualrespondió el banquero: "Entre 15 y 20 años.""¿Y luego qué?" El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte. "Cuandollegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y venderlas acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.""Millones... y ¿luego qué?" Dijo el banquero: "Luego te puedes retirar. Temueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar unpoco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches alpueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos."El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos.
Què bueno!
Cuentan que un rey tenia un consejero que ante circunstancias adversas siempre decía: "que bueno, que bueno, que bueno". Pasó que un día andando de cacería, el rey se cortó un dedo del pie y el consejero exclamó: "que bueno, que bueno, que bueno" El rey cansado de esta actitud, lo despidió y el consejero respondió: "Que bueno, que bueno, que bueno". Tiempo después, el rey fue capturado por otra tribu para sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y decidieron que no era digno para su divinidad al estar incompleto, dejándolo en libertad. El rey ahora entendía las palabras de su consejero y pensó: "que bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría muerto". Mandó llamar a palacio al consejero y le agradeció. Pero antes le preguntó por que dijo "que bueno" cuando fue despedido. El consejero respondió: "Si no me hubiese despedido, habría estado contigo y como a ti te habrían rechazado, a mí me hubieran sacrificado".
lunes, 18 de junio de 2007
LA LECCION DE LA MARIPOSA
Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo;
un hombre se sentó yobservó a la mariposa por varias
horas, mientras ella se esforzaba para hacerque su cuerpo
pasase a través de aquel pequeño agujero.En tanto,
parecía que ella había dejado de hacer qualquier progreso.
Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no conseguía
agrandarlo.Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa:
el tomó una tijera y abrió elcapullo. La mariposa pudo salir
fácilmente, pero su cuerpo estaba marchito, erapequeño y
tenía las alas arrugadas. El hombre siguó observándola porque
esperaba que, en cualquier momento, las alasse abrieran y
estirasen para ser capaces de soportar el cuerpo, y que éste
sehiciera firme.Nada aconteció! En verdad, la mariposa pasó
el resto de su vida arrastrándosecon un cuerpo marchito y
unas alas encogidas. Ella nunca fué capáz de volar. Lo que el
hombre, en su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía,
era queel capullo apretado y el esfuerzo necesario para que
la mariposa pasara a travésde la pequeña abertura, era la forma
en que Dios hacía que el fluído del cuerpode la mariposa, fuese a
sus alas, de tal modo que ella estaría lista para volar,una vez que
se hubiese liberado del capullo. Algunas veces, el esfuerzo es
exactamente lo que necesitamos en nuestra vida. SiDios nos
permitiese pasar por nuestras vidas sin encontar ningún obstáculo,
nosdejaría limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos
haber sido.Nunca podríamos volar. Pedí fuerza... y Dios me dió
dificultades para hacerme fuerte.Pedí sabiduría... y Dios me dió
problemas para resolver.Pedí prosperidad... y Dios me dió
cerebro y músculos para trabajar.Pedí valor... y Dios me dió
obstáculos para superar.Pedí amor... y Dios me dió personas
con problemas a las cuales ayudar.Pedí favores... y Dios me dió
oportunidades.Yo no recibí nada de lo que pedí...Pero he recibido
todo lo que necesitaba.Vive la vida sin miedo, enfrenta todos los
obstáculos y demuestra que puedes superarlos.
viernes, 15 de junio de 2007
Los extremos se tocan.
Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los padres más dedicados y comprensivos pero a la vez, los más débiles e inseguros que ha dado la historia. Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca.
Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro.
Así, somos la última generación de hijos que obedecieron a sus padres y la primera generación de padres que obedecen a sus hijos.
Los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que les tememos a los hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos nos falten al respeto.
En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.
En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.
Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros niños se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten. Y son los hijos quienes ahora esperan respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin.
Como quien dice, los roles se invirtieron y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos y no a la inversa, como en el pasado.
Esto explica el esfuerzo que hacen hoy tantos papás y mamás por ser los mejores amigos y parecerles "a todo dar" a sus hijos.
Se ha dicho que los extremos se tocan. Y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van. Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.
Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.
Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo una sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino.
Los límites ubican al individuo.
Angela Marulanda
lunes, 4 de junio de 2007
EL CIRCULO DEL 99
Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente que era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar. -Paje- le dijo- ¿Cuál es el secreto? -¿Qué secreto, Majestad? -¿Cuál es el secreto de tu alegría? -No hay ningún secreto, Alteza. -No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira. -No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. -¿Por qué esta siempre alegre y feliz? Eh, ¿por qué? -Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además, su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no estar feliz? - Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado. - Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando... - Vete, vete antes de que llame al verdugo! El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana. -¿Por qué él, es feliz? - Ah, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del círculo. - Fuera del círculo? -Así es. - Y eso es lo que lo hace feliz? - No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz. - A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz. - Así es. -¿Y como salió? - Nunca entró -¿Qué circulo es ese? - El círculo del 99. - Verdaderamente, no te entiendo nada. - La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos. -¿Cómo? - Haciendo entrar a tu paje en el circulo. - Eso, obliguémoslo a entrar. - No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo. - Entonces habrá que engañarlo. - No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito. -¿Solito? Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad? - Si se dará cuenta. -¡Entonces no entrará!. - No lo podrá evitar. - ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir? - Tal cual Majestad; estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo? - Sí. - Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. - !99! ¿Que más? ¿Llevo los guardias por si acaso? - Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.. Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo encontraste." Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban, para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta. El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60... hasta que formó la última pila: ¡¡9 monedas !!. Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más; luego en el piso y finalmente en la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja. - Me robaron -gritó- me robaron, malditos!! Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro "sólo 99". "99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no. El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después, quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años Reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender... Vender... Vender... Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno, Para qué mas de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99... .....Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas. -¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. - Nada me pasa, nada me pasa. - Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo. - Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor. Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, la felicidad deberá esperar a completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida. Pero qué pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos tontos, para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... eternamente igual! Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están.
miércoles, 30 de mayo de 2007
DIOS SI EXISTE
DIOS SI EXISTE.
Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba. Como es costumbre en estos casos entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas, de pronto tocaron el tema de Dios, el barbero dijo: Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice... - ¿Pero?, ¿porqué dice usted eso? - Preguntó el cliente. - Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe, o dígame, acaso si Dios existiera, habrían tantos enfermos, habría niños abandonados, si Dios existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad, yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas. El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonaba la barbería cuando vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo, al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero: - ¿Sabe una cosa? los barberos no existen . . . - ¿Cómo que no existen? - pregunto el barbero - Si aquí estoy yo, y soy barbero. - ¡No! - dijo el cliente - No existen, porque si existieran, no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle. - Ahh, los barberos sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí. - ¡Exacto! - dijo el cliente - ese es el punto, Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia El y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria...
lunes, 21 de mayo de 2007
CIENTIFICOS Y POLITICOS
Debemos tornar nuestra atención a los aspectos espirituales de la vida.....no como un opio para olvidar las penas, sino como la alternativa positiva.....porque en el lado espiritual de la vida existen verdades incuestionables y podemos experimentar verdadera satisfacción.....ahondemos cada día nuestra experiencia en el sendero del avance espiritual....excavemos en las profundidades de nuestra alma y recorramos el camino del corazón...que es el camino más noble, más puro y el único que conduce a la felicidad.
TODOS SOMOS VASIJAS AGRIETADAS
TODOS SOMOS VASIJAS AGRIETADAS
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de sus hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, por donde perdía lentamente parte de su contenido, mientras que la otra era perfecta y por ello conservaba toda el agua hasta el final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa del aguador, pero cuando llegaban, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija sana estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Entonces, la tinaja quebrada le habló al aguador así diciéndole: -"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir". El aguador, le dijo compasivamente: -"Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino". Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, sólo quedaba dentro de si la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: -"Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado; y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza." "Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas.... Todos somos en algún aspecto como esa vasija agrietada, pero debemos tener presente que siempre existirá la posibilidad de aprovechar nuestras propias "limitaciones" para que, en vez de sufrirlas, logremos sacar de ellas el mejor provecho, y que si allí están.... quizás para algo sean......"
viernes, 18 de mayo de 2007
LAS TRES PIPAS
Siempre he pensado que las cosas importantes en la vida se deben "madurar"...o sea, no precipitarse con nada ni con nadie, darle vueltas a todo...."reflexionarlo" nos evitará muchos dolores de cabeza y muchos sin sabores.....para ilustrar esto que acabo de escribir esta maravillosa narración.....
LAS TRES PIPAS
Una vez un miembro de la tribu se presento furioso ante su jefe para informarleque estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendidogravemente. Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad. El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo. El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol. Tardó unahora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablarcon el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa. Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar. También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando. Después regreso a donde estaba el cacique y le dijo que consideraba excesivocastigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su malaacción y le haría pasar vergüenza delante de todos. Como siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores. El hombre medio molesto pero ya mucho más sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su problema. Cuando termino, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa noes para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo”. Así recuperare un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho". El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie delárbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podíadecírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras tú mismo".
jueves, 17 de mayo de 2007
EL SENDERO DEL MAGO
Ésta es la única oración que tendrás que aceptar a ojos cerrados. Una vez que hayas encontrado al mago que llevas dentro, la enseñanza se desarrolla por sí sola. Durante muchos años, esta clase de aprendizaje espontáneo ha sido el centro de mi propia vida cotidiana, esperando con atención las indicaciones del guía interior".......DEEPAK CHOPRA
Asì que en este espacio todos incluido yo estamos invitados a crecer hacia adentro....hacia el centro de nuestro corazòn y nuestra alma....trataremos en la medida de lo posible de aportar lo mejor de nuestros pensamientos y lo mejor que exista a nuestro alcance........